Ingredientes:

• 125 g de mantequilla
• 125 g de azúcar extrafino
• 1 huevo de tamaño mediano
• 1 cucharadita de azúcar avainillado
• 250 g de harina

Tamizamos la harina.

Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla haya blanqueado. Si es con thermomix, usad la mariposa. Se añade el huevo y se bate hasta que quede incorporado. Añadir el azúcar avainillado.

Añadimos poco a poco la harina. Yo esta parte la hago fuera de la batidora, con una cuchara de palo, y la voy mezclando poco a poco, hasta que toda la harina está integrada.

La masa de galletas es una masa blanda y pegajosa. Hacemos una bola y la cortamos en tres trozos. Cada trozo lo vamos a estirar entre dos papeles de horno (para que no se pegue al rodillo y para no echarle mas harina, que estropearía la masa).

Para estirarla lo ideal es que quede toda del mismo grosor. Para ello, o tenemos un rodillo especial para galletas con medidas, o bien, se ponen dos listones de madera a ambos lados del rodillo sobre la mesa, y se estira la masa en medio, de forma que esos dos listones marcan el espesor de la masa. O si no tenéis listones de madera, ponéis unas cajas de CD… je,je.

Una vez que están las tres láminas estiradas entre papeles de horno, las apilamos y las metemos en la nevera un mínimo de dos a tres horas, para que se quede dura y sea fácil de cortar.

Cortamos las galletas con un cortador redondo y ponemos nuestro sello… Cuanto más fría este la masa, más fácil será esta parte… Se colocan las galletas sobre el papel de hornear en la bandeja del horno y se hornean a 180 grados durante 7 a 15 minutos (depende del tamaño de las galletas)… ¡¡Pero estad alerta!!. En cuanto empiecen a dorarse los bordes están listas.

Las dejamos enfriar sobre una rejilla y listas para comer…