El 9 de octubre es el día de la Comunidad Valenciana, y en él se conmemora la entrada a la ciudad de Valencia, del Rey Jaime I el Conquistador, en 1238. Y en esa fecha, coincidente con San Dionisio, se celebra también una tradición popular denominada la Mocadorada…
Cuenta la leyenda, que cuando el Rey entró victorioso en Valencia, los habitantes de la ciudad ofrecieron a su esposa, la Reina Violante de Hungría, como ofrenda y señal de aprecio, las frutas y verduras de la huerta valenciana en un plato de cerámica envuelto en pañuelos de seda (mocador en valenciano). Posteriormente, en el siglo XVII, tras la Guerra de Sucesión, los Decretos de Nueva Planta prohibieron la celebración de la entrada de Jaime I en Valencia. Como respuesta a la prohibición, los panaderos empezaron a producir unos dulces de mazapán que representaban los cohetes que ya no se podían hacer sonar, pero al mismo tiempo, por su forma fálica o redonda recordaban los órganos sexuales masculinos y femeninos. Son los llamados piuleta i tronador. Junto con la piuleta y el tronador también se fabricaban pequeñas frutas y hortalizas, que según la creencia popular hacían referencia tanto a la fertilidad de la Huerta de Valencia, como a las hortalizas que los moros regalaron a la reina Doña Violante de Hungría (esposa de Jaime I).
Por todo ello, San Dionisio viene a ser una especie de día de los enamorados valencianos… La tradición consiste en que los hombres regalen a sus parejas (también a la madre) un pañuelo (mocador en valenciano) en el que hay envueltos dulces hechos con mazapán de distintas formas y colores que representan frutas y hortalizas de la Huerta de Valencia.
Este año no me ha dado tiempo a preparar los mazapanes en casa, y recurrí a las pastelerías… pero para el próximo ya nos conocemos la tradición…Lucía hizo sus frutas de plastilina en el cole, y me las regaló envueltas en un papel de celofán rojo… ¡¡una monada!!…