Ingredientes para el bizcocho:
- 6 huevos
- 160 g. de azúcar
- 150 g. de harina
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 pizca de sal
Ingredientes para el chocolate:
- 300 g. de chocolate para postres
- 300 ml. De nata líquida
Ingredientes para el caramelo:
Para hacer el bizcocho, se pueden emplear moldes redondos de 20 cm, o directamente estirar la masa sobre la bandeja del horno, debidamente preparada con papel de horno, como cuando se hace el brazo de gitano… Y luego cortarlo en círculos redondos del tamaño deseado.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Batimos las claras de huevo con la pizca de sal hasta que queden firmes, es decir, formarán picos y cuando volquemos el bol no se caerán. Las reservamos.
Batimos las yemas con el azúcar y la vainilla, cuando tengamos una crema espumosa, añadiremos poco a poco la harina, mezclamos hasta completar toda la harina y tengamos una crema homogénea.
Añadimos esta crema a las claras montadas, vamos mezclando poco a poco con movimientos envolventes, con mucho cuidado para que no se bajen las claras. Tendremos una masa parecida a una mousse.
La vertemos cada una en los moldes correspondientes y horneamos entre 10 y 12 minutos. Dejamos enfriar en una rejilla y reservamos.
La receta original lleva como relleno crema de mantequilla y chocolate, pero como en casa lo de la crema de mantequilla no acaba de gustarles demasiado, la he sustituido por ganaché de chocolate.
Ponemos a calentar la nata y cuando hierva, la retiramos del fuego y echamos el chocolate troceado, dando vueltas hasta obtener una crema uniforme. Lo dejamos templar y posteriormente se enfría en la nevera hasta que espese (un mínimo de 12 horas)
(De todas formas, si queréis hacer la crema de chocolate y mantequilla original… os pongo la receta:
Ingredientes para el chocolate:
- 250 g. de chocolate para postres
- 4 claras de huevo
- 220 g. de azúcar
- 375 g. de mantequilla
Para el caramelo, lo preparamos al modo tradicional, poniendo el azúcar en un cazo y calentándolo suavemente hasta que se disuelva y tome color…
Solo nos queda montar la tarta. Vamos colocando los bizcochos y cubriéndolos con el chocolate, alternando capas de bizcocho y ganaché. La última capa se cubre con la crema de caramelo.
Para cubrir la última capa, vertemos el caramelo cuando aún está caliente, extendiéndolo suavemente con una espátula untada con mantequilla, y antes de que se endurezca del todo, cortamos en triángulos, para colocarlos sobre la tarta.
Los laterales se cubren con ganaché y se decoran al gusto.
jeje, qué detalle tan goloso: el tenedor no está limpio…umhhh, no pudiste resistirlo, eh??? JAJAJA
¡¡Que detallista!! Es que una característica fundamental de mis tartas es que están muy buenas… y no son solo para contemplarlas sino para comerlas… ¡¡yo la primera!!
Vaya pintaza…
La ganache es una alternativa perfecta, a mi me encanta.
Besos
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