Un día estaba volando cometas con los niños en el Parque Juan Carlos I de Madrid, y me llamó una amiga para encargarme una tarta para el cumple de su hija de cinco años… Mientras corría detrás de la cometa que había soltado Héctor con alegría… empecé a pensar como hacer una tarta sencilla pero especial. El único requisito que me pidió fue que no estuviera forrada de fondant, que era para el cole, pero que tuviera figuritas porque había visto mi tarta Nemo y le había encantado… Pues menos mal, porque con el calor que hace aún en Valencia, manejar el fondant no es nada fácil. Así que para cubrirla le puse una fina capa de nocilla y la rodee de barquillos.
Como este año he practicado tanto con el modelado de animales, me decidí por ellos… y me lancé con una tarta selva, pero sencilla. A la peque le encantó su tarta, y además le pusimos su nombre y dejamos un hueco para que la profe le pusiera una vela… y así fuese un cumple completo y redondo. Tuvo su tarta con muñecos y se lo zamparon todo completo…
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